Proyecto de Formación Sindical

Modelos de Negociación

Módulo 4

Preparación y planificación de la negociación

Análisis del contexto y de las partes involucradas

Identificación de intereses, necesidades y posiciones

Establecimiento de objetivos y prioridades

A partir del análisis de los intereses y necesidades, los sindicatos deben establecer los objetivos y prioridades que guiarán su estrategia y actuación en la negociación. Los objetivos son los resultados o logros concretos que se esperan alcanzar en la negociación, y que deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo determinado (SMART, por sus siglas en inglés).


Los objetivos pueden incluir aspectos como:



Además de definir los objetivos, es importante establecer las prioridades entre ellos, es decir, determinar cuáles son los más importantes o urgentes, y en qué orden se deben abordar en la negociación. Para ello, se pueden utilizar criterios como el impacto en las condiciones de trabajo, la viabilidad o dificultad de su consecución, o el grado de apoyo o demanda de los trabajadores.


Es recomendable que los objetivos y prioridades se establezcan de manera participativa y consensuada dentro de la organización sindical, para asegurar el respaldo y compromiso de todos los involucrados. También es importante que sean comunicados y explicados claramente a la contraparte, para que conozca las expectativas y límites de la negociación.

Desarrollo de la estrategia y tácticas de negociación

Una vez definidos los objetivos y prioridades, los sindicatos deben desarrollar la estrategia y tácticas que utilizarán en la negociación para alcanzarlos. La estrategia se refiere al plan general de acción que guiará todo el proceso de negociación, mientras que las tácticas son las acciones o maniobras específicas que se realizarán en cada momento o situación de la negociación.


Para desarrollar la estrategia, los sindicatos deben tomar decisiones sobre aspectos como:



En cuanto a las tácticas, algunas opciones pueden ser:



Es importante que la estrategia y tácticas sean flexibles y adaptables, y que se revisen y ajusten en función de la evolución de la negociación y de las reacciones de la contraparte. También es fundamental que el equipo negociador esté preparado y entrenado para aplicarlas de manera efectiva, y que cuente con el respaldo y la participación activa de las bases sindicales a lo largo de todo el proceso.